En los inicios del cine y durante la etapa del cine mudo, solo era posible
crear fotogramas en blanco y negro. La única forma de darle color a las imágenes
era pintar a mano los fotogramas uno a uno. Varias personas se dedicaban a
pintar cada fotograma en un proceso artesanal de mucho esfuerzo. Otro proceso
era teñir por completo los fotogramas mediante tintes de un único color
sumergiendo la película en un baño químico.
El cine a color llega a las
pantallas en el año 1935 con la
película Vanity Fair, también
conocida como Becky Sharp, del
director Rouben Mamoulian. Esta película fue realizada bajo la técnica de
Technicolor, que ya había sido perfeccionada para esta época.
Walt Disney adoptó esta técnica para sus películas animadas, las primeras fueron
Blancanieves y los siete enanitos (1938) y Pinocho (1940)
El mayor éxito del cine a color fue Lo que el viento se llevó (1939). Otra importante
película a color de la época fue El mago de Oz (1939).
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