Más tarde, se trasladó a Madrid con su familia. A pesar de la tristeza que sentía por separarse del mar, Rafael encontró algo con lo que disfrutar: la pintura.
Rafael enfermó y tuvo que retirarse a la sierra de Guadarrama, donde el aire limpio curó su enfermedad. Fue allí donde comenzó a escribir su primer libro, Marinero en Tierra. Además de poesías, Rafael Alberti escribió obras de teatro, libros en prosa y artículos en revistas. Años después, en el exilio en Argentina, nació su única hija, Aitana, y publicó uno de sus libros en prosa: La arboleda perdida.
Tras muchos años regresó a Cádiz. Alberti nunca dejó de hacer lo que más le gustaba:
escribir, leer y pintar.
Recordemos algunos poemas de Rafael Albertí:
Se equivocó la paloma
La cigüeña
Los balcones de mi casa
Del barco que yo tuviera
Ja, je, ji, jo, ju.
Madrigal de blanca nieve
¡Madre, vísteme!
Nana de tortuga
Nana del niño malo
La niña que se va al mar
La novia
El platero
¿Por qué me miras tan enserio?
Pregón
Recordemos algunos poemas de Rafael Albertí:
Se equivocó la paloma
La cigüeña
Los balcones de mi casa
Del barco que yo tuviera
Ja, je, ji, jo, ju.
Madrigal de blanca nieve
¡Madre, vísteme!
Nana de tortuga
Nana del niño malo
La niña que se va al mar
La novia
El platero
¿Por qué me miras tan enserio?
Pregón
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